La leyenda del Jinete sin cabeza: ¿Hechos reales?
En 1820, Washington Irving escribió su famoso relato de terror donde un descabezado personaje cortaba con su espada la cabeza de los vivos. Sin embargo, según él, se habría basado en hechos reales.
¿Existió el famoso jinete sin cabeza? La tradición folklórica del norte de América asegura que sí habría existido, sin perjuicio de que los más escépticos y la mayoría de los norteamericanos lo consideran sólo una mera fantasía especulativa recreada por el escritor Washington Irving en 1820, en su relato corto de terror “Sleepy Hollow”, traducida al español como “La leyenda del jinete sin cabeza”.
Como sea que fuere, se cree que Irving se habría basado en una particular leyenda americana para armar su historia. Los relatos más antiguos de Nueva Inglaterra afirman que cierto mercenario alemán, célebre por su ferocidad en el campo de batalla, había viajado en 1776 al continente americano -junto con unos 548 hombres a su mando-, contratado por la Armada británica para luchar del lado de los ingleses durante la guerra de Independencia de los americanos contra Gran Bretaña. Luego de varias escaramuzas y batallas, las que terminaron favoreciendo a los “yankees” (descendientes de ingleses nacidos en suelo americano), los recién llegados que no murieron en los enfrentamientos fueron detenidos y ejecutados.
Foto: tu-pc.com
La leyenda del jinete sin cabeza, tras ser llevada a la literatura, ganó un inmediato espacio en la imaginación popular como una emblemática figura de terror.
El alemán y jefe de los mercenarios, en tanto, corrió idéntica suerte. Fue atrapado por los americanos y decapitado con su propia espada cerca de Sleepy Hollow, una villa del pueblo de Mount Plesant, en el condado de Wetschester, Nueva York.
Personas decapitadas
A partir de entonces, algunas crónicas de la época comenzaron a reportar casos de personas muertas y viajeros que fueron encontradas decapitadas en los caminos solitarios y andurriales de ese condado. Como aquellas muertes nunca se aclararon (y, además, las cabezas de los cuerpos nunca se encontraron), ello dio pábulo a que se afirmara que el espectro del mercenario germano era el verdadero causante de los asesinatos y desmembramientos. Para los supersticiosos lugareños, por lo menos, no había dudas: el decapitado alemán había vuelto arriba de su caballo desde la muerte para cobrar eterna venganza, tomando de paso la cabeza de los vivos.
La obra de Irving, en todo caso, obtuvo un éxito inmediato y se ganó un espacio en la imaginación popular como una emblemática figura de terror, en un fenómeno muy parecido a lo que ocurrió con Drácula, el célebre vampiro creado por el escritor irlandés Bram Stoker.
La trama del relato de Irving tiene lugar en un asentamiento holandés en Estados Unidos, en la zona de Valle Dormido, cuna de numerosas leyendas sobre fantasmas. El protagonista es Ichabod Crane, un profesor de escuela que se prenda de una muchacha del lugar y de su fortuna. Volviendo a su hogar tras una fiesta, Crane se encuentra de sopetón con el ominoso jinete sin cabeza -el fantasma de un soldado alemán que perdió la cabeza por una bala de cañón durante la guerra de independencia americana-, quien sale de las entrañas de un árbol maldito. El destino de Crane es incierto, pues a la mañana siguiente sólo se encuentra cerca de un puente su sombrero y los restos de una calabaza.
La leyenda del Jinete sin cabeza, que se transformó con el tiempo también en una suerte de relato de horror tradicional en otros países, recobró nueva actualidad gracias a la película “Sleepy Hollow”, rodada en 1999 por el director Tim Burton, con una nueva versión del relato de Irving, y con las actuaciones de Johnny Depp como Ichabod Crane y Christopher Walken en el rol del jinete sin cabeza.
Desde que la leyenda del Jinete sin Cabeza fue introducida en la cultura popular no sólo apareció en múltiples películas y programas de televisión, sino que también en historietas y y videojuegos. En la actualidad es considerado uno de los íconos más imperecederos del terror de todos los tiempos.
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